Educación en la certeza y no en la creencia
El presidente de México, Felipe Calderón, en una de sus intervenciones en El Salvador se dirigió a la asamblea –retirando la vista de la lectura del documento guía– y les preguntó a los presentes en qué podrían creer hoy los jóvenes. Textualmente Calderón dijo: “...hoy los jóvenes no creen en nada. No creen en los políticos, y estoy seguro que no decepciono aquí a nadie, todos lo sabemos. No creen ahora en la economía, porque la economía ha fracasado; no creen en el capitalismo, que está mostrando sus terribles deficiencias; y no creen tampoco en el socialismo, que murió hace rato, antes de que ellos nacieran. No creen y si no creen, y se puede debatir acerca de estos sistemas; en lo menos que creen es en las ideologías. Probablemente no creen muchos en Dios, porque van hacia un siglo de un gran agnosticismo. ¿Cómo puede construirse un futuro sin creer en algo?” “Es necesario creer en algo”. Ahí está la frase, la sentencia, la declaración. Creer es sinónimo de tener confianza, saber es