Condiciones para la tercera revolución

Estamos en la última parte de 60 en los "últimos tiempos", es decir, los últimos 200 años. Estamos ya en la época de la segunda revolución, yendo, esperemos, hacia la tercera revolución.

Cada revolución de la humanidad se da cuando el paradigma del método de producción cambia.

La primera revolución se dio cuando el cambio fue entre el método de vida pasiva en combinación con el entorno y el método de vida activa de explotación del entorno. Recolectar frutos y cazar animales fue el primer método. Cultivar la tierra y domesticar animales, fue el segundo método. Entre el primer método y el segundo método se dio la Primera Revolución.

Durante el primer método, la población de la humanidad jamás fue mayor a 10 millones de seres humanos sobre toda la faz de la tierra.

Durante el segundo método, la población se eleva a 800 millones en unos cuantos miles de años (5 o 6) y se mantiene así (con fluctuaciones) durante casi 12 mil años.

De usar animales como la fuerza de trabajo, cambiamos a usar máquinas. Entramos al tercer método de producción. Hemos visto que la entrada a este tercer método, también llamable Industria, conduce al nivel de población, en sólo 200 años, de 800 millones a 6,500 millones (y aún no es el "tope").

Aquí estamos. Éste es el punto en que nos encontramos. Estamos viviendo en crisis en múltiples aspectos de la vida humana y del método de producción.

No hay ningún mamífero de nuestras proporciones que haya tenido el éxito que nosotros hemos tenido como especie. Somos 6.5 mil millones (6.5 millardos) de individuos homo sapiens sapiens. Es una cantidad casi insultante para nuestro tamaño.

Lo logramos con las proporciones de nuestro cerebro en combinación con las proporciones de nuestros cuerpos. No hay ninguna garantía de que nosotros hayamos sido el resultado más perfecto o más conveniente para el planeta. Es muy factible que otras especies homínidas hayan tratado de sobrevivir y hayan sido nuestros ancestros los que se encargaron de acabar con ellas. Quizás eran más inteligentes, pero más pequeñas y débiles. Quizás eran más fuertes, pero más brutas. El asunto es que trataron de competir con nuestros antepasados y fueron, por lo que vemos hoy, totalmente aniquiladas.

Sean como hayan sido esas otras especie parecidas a nosotros, hoy no están aquí porque en la lucha por la supervivencia de "parecidos", nosotros tuvimos la victoria final.

Así como tuvimos esa victoria final hace varios cientos de miles de años, hoy tenemos que lograr una victoria definitiva contra los "demonios" de la supervivencia que nos están atacando.

Estamos en el tercer método de producción. Este método ha logrado este fabuloso éxito en incrementar brutalmente el total de individuos vivos al mismo tiempo. El límite del número aún no se conoce. Con el segundo método, en 12 mil años no logramos ser jamás más de 800 millones. Con el tercer método, tenemos 200 años y ya somos 6.5 mil millones y seguimos aumentando.

Pero ya estamos viendo señales de agotamiento. Por ejemplo: el clima parece haber sido afectado por la tecnología química usada alguna vez durante el actual tercer método. Hemos generado un gigantesco agujero a esa capa de ozono que protege al Planeta Tierra de los rayos ultravioleta del sol. Ese hueco en el escudo de protección que es la capa de ozono esta produciendo cambios climáticos, aparentemente tendientes a elevar la temperatura global del planeta. Es decir, estamos rompiendo el equilibrio con el que encontramos al planeta al momento de comenzar nuestro tercer método de producción.

Nuestro tercer método depende, hasta hoy, de combustibles formados por restos de animales que murieron hace millones de años. Todo parece indicar que hemos llegado al punto de agotar ese combustible en menos de 200 años que llevamos explotándolo para satisfacer las necesidades energéticas de nuestras máquinas para producir y del modo de vivir de casi el 35% de esos 6.5 mil millones de humanos vivos. Ya no es un asunto optativo. Se trata ahora de un asunto apremiante, obligatorio: estamos hablando de encontrar una forma que no sea el uso de restos fósiles para darles energía a nuestras máquinas e iluminar nuestras ciudades durante las noches.

No importa qué hagamos, el tercer método no dejará de ser el tercero aunque logremos cosas como: aprovechar la energía solar al máximo, usar el hidrógeno del agua como combustible liberando oxígeno para purificar nuestra atmósfera en vez de liberar veneno. De hecho, el tercer método continuará siendo el tercero aunque logremos viajar en el tiempo. Si logramos viajar a otros planetas o a otros sistemas solares dentro de la Galaxia, pero las relaciones entre los seres humanos son tales que generan conflictos, estaremos aún en el tercer método.

En el tercer método todo parece indicar que estamos llenos de una colección llamada "problemas políticos". No importa el tipo de sociedad que generemos durante los métodos 2 y 3, siempre sucederá que unos serán poderosos y otros serán normales. Unos podrán disponer de riquezas o de mando a los ejércitos y otros tendrán que vivir con lo de cada día, obedeciendo a los ejércitos.

La constante en el tercer método consiste en que absolutamente todo lo que usa el individuo contiene esfuerzo o energía de otro u otros individuos. Y mientras esto sea necesario, continuará la condición conflictiva del tercer método, casi idéntica a como estuvo durante todo el segundo método: grandes contrastes entre los individuos de nuestra especie.

Por un lado estará siempre una pequeña minoría, menos del 3% con una impresionante (problemáticamente la llaman a veces "ofensiva") acumulación de bienes en forma de dinero, que es poder de control.

Por otro lado, el tercer método ha hecho posible un crecimiento de los de "en medio". Gozan de los adelantos tecnológicos en sus hogares familiares, pero a cambio de ello, tiene que vivir todos los días entregando su energía, su inteligencia y sus esfuerzos más valiosos a otros.

Luego tenemos a los "de abajo". Son los que hacen más trabajo físico que mental, pero que si no piensan lo que hacen, se van "más abajo".

Por último están los que no participan en el tercer método (para nada), pero sí logran recibir alimentos, vacunas y ayuda "humanitaria". Entonces, como consecuencia de esa ayuda que reciben, son cada día más (porque el límite de individuos en un grupo humano está realmente delimitado por el volumen de alimentos de que disponen). Y al ser cada día más, es mayor la preocupación que se genera en las capas media y baja con respecto a que "las cosas están mal".

La agresión entre grupos de la misma especie es una característica de todos los mamíferos (y de todos los animales en general) para tratar de conservar el más conveniente territorio para sobrevivir. En el fondo, todas las guerras son agresiones intra especie que persiguen asegurarse de que el otro no se asegure de exclusividad sobre un territorio o los recursos o situación geográfica de ese territorio. Las guerras no son asuntos factibles de ser solucionados por la vía de la ética pura. De hecho, existen maneras éticas y maneras no éticas de hacer guerras. Claro, conforme hemos avanzado en el tercer método, también hemos perdido los "modales". En un mundo con ética, el terrorismo sería inadmisible. El terrorismo es la respuesta que se da al hecho de saber que una guerra no se puede ganar. Por lo tanto, en vez de una guerra abierta, se recurre al ataque traicionero, que se va sobre objetivos no militares, sin reparo en matar individuos que tradiconalmente fueron más o menos respetados en la "ética de la guerra".

Los individuos poderosos que surgieron como grandes militares o monarcas durante el segundo método siempre guardaron una especie de respeto elegante por los enemigos débiles. Fueron tolerantes y sólo recurrieron a la total exterminación cuando la debilidad de esos enemigos lo fue también en la inteligencia, debilidad que les impidió darse cuenta de que continuar la guerra, los acabaría como grupo humano para siempre. Eso impidió el terrorismo.

Hoy las cosas son muy diferentes. Los militarmente poderosos se sujetan a ciertos reglamentos internacionales y ya no existen las guerras de exterminio (excepto entre iguales, como el caso de Ruanda). Eso hace que surjan los actos de terrorismo. El objetivo de los terroristas es poner de rodillas a aquéllos que no podrían vencer en una guerra de aquéllas "de honor" que se hacían antes. Claro, no hay tal cosa como una verdadera guerra de honor. El máximo honor habría de consistir en la advertencia y la descripción de las alternativas: o están con nosotros, de acuerdo con nuestras leyes y reglamentos o ideologías, o están en contra. Si están en contra, haremos la guerra hasta exterminarlos o hasta que ustedes nos exterminen: lo que ocurra primero. Sí, aceptamos la paz, pero en estos términos.

Si los dos ejércitos eran más o menos iguales de fuertes, en ese punto comenzaban las negociaciones: a ver qué cede el lado A a cambio de lo que ceda el lado B. Si el tratado no tenía buena sustentación, pronto se reanudaría el intento militar de vencerse entre sí.

Ese tipo de guerras se ha acabado hoy. Las discusiones para una posible negociación se intentan en las Naciones Unidas. Ya sabemos que no siempre se tiene éxito. Pero se hace el intento.

Es un mundo en conflicto por nada nuevo. Es lo mismo de siempre y está inscrito en los genes de la especie: territorio y recursos para asegurar la supervivencia de los genes o la aniquilación de los que lo impidan... y a ver qué lado aniquila a quién.

La guerra fría se acabó cuando Gorbachyov decidió abandonar el maletín y permtir la derribación del muro de Berlín y la autonomía de las naciones satélite la ex Unión Soviética. Pero hoy ha comenzado otra formada por los países árabes y los países no árabes o musulmanes. Es decir, por los países que se sienten identificados con los palestinos y los que piensan que el Estado de Israel tiene derecho a existir.

El terrorismo de los países musulmanes no surgió de los gobiernos, sino de individuos, a veces incluso prominentes, de las sociedades musulmanas. Son individuos que se sienten ofendidos por la actitud entreguista de sus gobiernos a los caprichos (así les llaman ellos) de los poderosos occidentales. Corea iba a ser una excepción, pero ha hablado claro: termina con sus esfuerzos hacia la nuclearización de su fuerza militar a cambio de un fuerte apoyo económico solicitado concretamente a los Estados Unidos.

La cesión de Corea del Norte no es algo que responda al humanismo a una convicción progresiva, sino a los hechos evidentes del equilibrio de poder en el mundo. Una simple comunicación por parte de los Chinos habría sido suficiente para provocar el cambio de postura de los Coreanos del Norte.

Irán es el próximo en la mesa de los peligrosos. Si Irán se arma nuclearmente, estaremos nuevamente ante otro escenario de guerra fría, que podría ser un poco más caliente, considerando que los musulmanes no tienen temor alguno a perder la vida. Así como practican constantemente el suicidio altruista, ¿por qué no un día decidir que el suicidio colectivo también es válido con tal de que el enemigo no venza? Así como los "soviéticos" no eran suicidas, sí lo son los musulmanes (es evidente). Armados nuclearmente no vacilaría en comenzar una conflagración total, aunque ésta signficara el fin de sus ciudades, pueblos, naciones.

Cuando se desata un ataque nuclear podemos estar seguros de algo: el pleito es a muerte, es a exterminar al mayor número posibles de probabilidades de que los genes del enemigo continúen en el devenir genético de la especie.

Hoy estamos aquí, en este escenario. No hay salida. Estamos ante una especie de tablas en términos ajedrecistas.

Es la culminación del modo 3 de sobrevivir. Durante los últimos 200 años, la ciencia ha avanzado más que durante los 20,000 años anteriores. El avance de la ciencia ha sido posible gracias a la liberación que el sistema permite de una cada vez mayor cantidad de personas para el trabajo en la investigación pura. El nivel de producción que el tercer método ha logrado en 200 años es lo que ha permitido que más y más personas se dediquen de tiempo total, a la investigación de lo que científicamente pueda conocerse o comprobarse. Estas investigaciones requieren mentes y requieren máquinas. Las máquinas no son sino trabajo de humanos concentrado en una forma específica. Pero es trabajo de humanos también liberados de la generación de lo primario para sobrevivir. Durante los últimos 200 años hemos visto la tendencia cada vez más acentuada hacia la liberación de más y más individuos de la necesidad de proporcionar su fuerza de trabajo para la producción de los esencial para la superviviencia.

Los resultados de la investigación científica son totalmente neutros. No tienen favoritismos ideológicos o religiosos, políticos o sociales. Son los que pueden hacer uso de esos adelantos científicos los que finalmente determinan o deciden hacia dónde se dirigirán esos adelantos.

Y hoy por hoy, en forma creciente, cada vez más acentuada, la producción de lo elemental para la superviviencia requiere de menos y menos "mano de obra" cada día.

Continuará...

 

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