El EPR y la danza de los populistófilos
El EPR se comunica con los ciudadanos mexicanos que no son del EPR a través de un escrito que publica íntegro "El Universal". En este comunicado, desde luego, el EPR declara que no tiene nada que ver con organizaciones criminales relacionadas con el tráfico de narcóticos. Ellos viven de otras fuentes.
El comunicado del EPR da una imagen del país mexicano deprimente tanto como falsa. Esto ya cansa. ¿Qué va a suceder en México? ¿Vamos a tener la primera revolución de la información? ¿Cómo podemos acabar con la porquería, verdadera podredumbre que se ha formado con la desinformación a todos los niveles de la vida nacional?
Todo parece indicar que en el país hay muchos populistófilos sin chamba. Un populistófilo gana trabajo y se hace valioso para la sociedad en la medida en que demuestra cómo el gobierno está formado por una oligarquía (esta palabra les fascina) que sólo responde a los intereses de los "más ricos" (esto lo dicen con la boca llena).
Sería ingenuo tratar de convencer a alguien con respecto a la imperfección de México como país. Es fácil afirmar lo lento que avanzamos hacia una sociedad mejor, dentro de una economía más democrática. Pero es realmente de un ciego el no querer notar que los avances se están dando. El México de hoy no es el mismo de los 80's. Es un México que ha progresado en muchos aspectos. Entre éstos, el principal, el obvio, el más notorio, es el aspecto de la solidez de la economía. Cuando se combina un gobierno con finanzas no deficitarias con una gran capacidad de exportación, tenemos que se da también una inflación sumamente baja y precio en los artículos para los consumidores siempre en estado de "oferta", con una gran competencia entre los comercios para ven cuál se queda con el mayor número de clientes.
Los que aparecen en este sistema social y llevan una vida de cierto orden, descubren que pueden confiar en que ese crédito que tienen sólo les exigirá lo que dice el contrato y que los intereses siempre serán pagables. Claro, también se dan cuenta de que siempre es mejor no tener ocupadas las líneas de esos plásticos. El ciudadano mexicano joven está creciendo con un aumento en la conciencia de la importancia del crédito. Esta generación de hoy sabe que si falta a sus pagos, eventualmente no tendrá crédito en ningún lado. Por otro lado, los procedimiento para cobrar a los que se atrasan tiene ahora mecanismos legales mucho más eficientes.
Los que trabajan y reciben puntualmente sus pagos, saben que con una administración cuidados, realista, pueden lograr disfrutar de lo que hoy, la vida moderna ofrece. Ganar dinero significa trabajo y obtener trabajo significa ganarle a los demás que compiten por ese mismo puesto.
Ése es el México de hoy. Es un México menos necesitado de líderes proteccionistas o de políticos paternalistas. De hecho, cada día son menos necesarios los políticos. Es decir, cada día podemos notar que un negocio se puede desarrollar con sólo aplicar las reglas de la convivencia económica mundial: ser competitivos, tener imaginación para atraer a la clientela y consistencia con calidad para mantenerla. Todos somos clientes de alguien, así como todos somos proveedores de alguien.
El que cree que la hará por relaciones de influyentismo, terminará, a la corta, en la ruina total. Eso no funciona no solamente porque hay una lupa sobre toda acción inaceptable de gobiernos y ciudadanos, sino porque la única protección real con la que cuentan los negocios es la que les proporciona su eficiencia administrativa, comercial y financiera. Las cosas han cambiado. Hoy el mexicano tiene que ser competitivo. Su "chamba" dependerá de su capacidad, no de sus relaciones de influyentismo.
Es un México que no requiere del EPR o de algo similar. En 16 años la pobreza extrema bajó del 22% al 14%. En 20 años, la pobreza extrema llegará a 0%. Cada mexicano tendrá que ser aún más capaz, más competitivo, para lograr un puesto de trabajo o levantar un negocio propio. En la medida en que más gente entra al mercado de consumidores, se enriquece también la oferta, tanto por su diversificación como por su nivel de calidad. Esto funciona bien siempre y cuando el gobierno mantenga la disciplina en el gasto público y evite sucumbir al mínimo exceso del populismo.
El discurso del EPR se nos hace trasnochado porque nos habla de un proceso que jamás ha podido realmente sustentar crecimiento sostenido. En 16 años bajamos un 8% la pobreza extrema. En el país socialista por excelencia, en 50 años la pobreza ha aumentado y se mantiene "a raya" porque allí está prohibido ser "rico", a menos que seas extranjero. Si tienes el privilegio de pertenecer a la sociedad local, entonces no debes de ser más rico que los demás. Eso sería no ser humano.
Claro, a los buscadores de empleo como líderes populistas, les enferma que la economía se mantenga sana y que la pobreza extrema disminuya. Ven, conforme eso sucede, su sueño de "poder" alejarse. Son personas que necesitan sociedades desauciadas, miserables e incapaces: allá es en donde mejor venden su fórmula de salvación que ahora llaman "socialismo", sentenciando que es mejor la muerte que que no se dé.
Hoy, mencionar a Fox es meterse en líos y de inmediato generar "dudas". Amablemente el mexicano confundido sólo piensa: "nos falló..." ¿Cómo se le dije que eso no fue así? ¿Cómo explicarle que los resultados posibles del sexenio Fox no fueron pérdida sino progreso lento, pero sólidamente sustentado? ¿Cómo se les explica, que para la historia de México, un sexenio sin retroceso es, por lo menos, un súper sexenio? ¿Se les ha olvidado a los mexicanos la tragedia sexenal de los últimos 24 años antes de Zedillo?
El primer sexenio en 30 años que termina "sano" es el de Zedillo. Deja una reserva nacional que significaba algo así como el 20% de la deuda externa. Cuando Fox sale, la reserva es 2 veces el valor de la deuda externa. Eso, ¿no es progreso? ¿No es eso un verdadero súper sexenio? En donde la ley se aplicó y no se aplicaba antes, las cosas mejoraron como nunca. Un ejemplo claro fue el total de viviendas construidas por el INFONAVIT: la suma del sexenio de Fox equivale al doble de todos los sexenios anteriores (desde la creación del instituto).
Vamos a ejercitar el comentario hacia la verdad. Tenemos que repartir entre los mexicanos ideas realistas con respecto al país en que viven. De lo contrario, vivir en la mentira sólo nos hará éticamente vulnerables y probablemente cínicos.
El comunicado del EPR da una imagen del país mexicano deprimente tanto como falsa. Esto ya cansa. ¿Qué va a suceder en México? ¿Vamos a tener la primera revolución de la información? ¿Cómo podemos acabar con la porquería, verdadera podredumbre que se ha formado con la desinformación a todos los niveles de la vida nacional?
Todo parece indicar que en el país hay muchos populistófilos sin chamba. Un populistófilo gana trabajo y se hace valioso para la sociedad en la medida en que demuestra cómo el gobierno está formado por una oligarquía (esta palabra les fascina) que sólo responde a los intereses de los "más ricos" (esto lo dicen con la boca llena).
Sería ingenuo tratar de convencer a alguien con respecto a la imperfección de México como país. Es fácil afirmar lo lento que avanzamos hacia una sociedad mejor, dentro de una economía más democrática. Pero es realmente de un ciego el no querer notar que los avances se están dando. El México de hoy no es el mismo de los 80's. Es un México que ha progresado en muchos aspectos. Entre éstos, el principal, el obvio, el más notorio, es el aspecto de la solidez de la economía. Cuando se combina un gobierno con finanzas no deficitarias con una gran capacidad de exportación, tenemos que se da también una inflación sumamente baja y precio en los artículos para los consumidores siempre en estado de "oferta", con una gran competencia entre los comercios para ven cuál se queda con el mayor número de clientes.
Los que aparecen en este sistema social y llevan una vida de cierto orden, descubren que pueden confiar en que ese crédito que tienen sólo les exigirá lo que dice el contrato y que los intereses siempre serán pagables. Claro, también se dan cuenta de que siempre es mejor no tener ocupadas las líneas de esos plásticos. El ciudadano mexicano joven está creciendo con un aumento en la conciencia de la importancia del crédito. Esta generación de hoy sabe que si falta a sus pagos, eventualmente no tendrá crédito en ningún lado. Por otro lado, los procedimiento para cobrar a los que se atrasan tiene ahora mecanismos legales mucho más eficientes.
Los que trabajan y reciben puntualmente sus pagos, saben que con una administración cuidados, realista, pueden lograr disfrutar de lo que hoy, la vida moderna ofrece. Ganar dinero significa trabajo y obtener trabajo significa ganarle a los demás que compiten por ese mismo puesto.
Ése es el México de hoy. Es un México menos necesitado de líderes proteccionistas o de políticos paternalistas. De hecho, cada día son menos necesarios los políticos. Es decir, cada día podemos notar que un negocio se puede desarrollar con sólo aplicar las reglas de la convivencia económica mundial: ser competitivos, tener imaginación para atraer a la clientela y consistencia con calidad para mantenerla. Todos somos clientes de alguien, así como todos somos proveedores de alguien.
El que cree que la hará por relaciones de influyentismo, terminará, a la corta, en la ruina total. Eso no funciona no solamente porque hay una lupa sobre toda acción inaceptable de gobiernos y ciudadanos, sino porque la única protección real con la que cuentan los negocios es la que les proporciona su eficiencia administrativa, comercial y financiera. Las cosas han cambiado. Hoy el mexicano tiene que ser competitivo. Su "chamba" dependerá de su capacidad, no de sus relaciones de influyentismo.
Es un México que no requiere del EPR o de algo similar. En 16 años la pobreza extrema bajó del 22% al 14%. En 20 años, la pobreza extrema llegará a 0%. Cada mexicano tendrá que ser aún más capaz, más competitivo, para lograr un puesto de trabajo o levantar un negocio propio. En la medida en que más gente entra al mercado de consumidores, se enriquece también la oferta, tanto por su diversificación como por su nivel de calidad. Esto funciona bien siempre y cuando el gobierno mantenga la disciplina en el gasto público y evite sucumbir al mínimo exceso del populismo.
El discurso del EPR se nos hace trasnochado porque nos habla de un proceso que jamás ha podido realmente sustentar crecimiento sostenido. En 16 años bajamos un 8% la pobreza extrema. En el país socialista por excelencia, en 50 años la pobreza ha aumentado y se mantiene "a raya" porque allí está prohibido ser "rico", a menos que seas extranjero. Si tienes el privilegio de pertenecer a la sociedad local, entonces no debes de ser más rico que los demás. Eso sería no ser humano.
Claro, a los buscadores de empleo como líderes populistas, les enferma que la economía se mantenga sana y que la pobreza extrema disminuya. Ven, conforme eso sucede, su sueño de "poder" alejarse. Son personas que necesitan sociedades desauciadas, miserables e incapaces: allá es en donde mejor venden su fórmula de salvación que ahora llaman "socialismo", sentenciando que es mejor la muerte que que no se dé.
Hoy, mencionar a Fox es meterse en líos y de inmediato generar "dudas". Amablemente el mexicano confundido sólo piensa: "nos falló..." ¿Cómo se le dije que eso no fue así? ¿Cómo explicarle que los resultados posibles del sexenio Fox no fueron pérdida sino progreso lento, pero sólidamente sustentado? ¿Cómo se les explica, que para la historia de México, un sexenio sin retroceso es, por lo menos, un súper sexenio? ¿Se les ha olvidado a los mexicanos la tragedia sexenal de los últimos 24 años antes de Zedillo?
El primer sexenio en 30 años que termina "sano" es el de Zedillo. Deja una reserva nacional que significaba algo así como el 20% de la deuda externa. Cuando Fox sale, la reserva es 2 veces el valor de la deuda externa. Eso, ¿no es progreso? ¿No es eso un verdadero súper sexenio? En donde la ley se aplicó y no se aplicaba antes, las cosas mejoraron como nunca. Un ejemplo claro fue el total de viviendas construidas por el INFONAVIT: la suma del sexenio de Fox equivale al doble de todos los sexenios anteriores (desde la creación del instituto).
Vamos a ejercitar el comentario hacia la verdad. Tenemos que repartir entre los mexicanos ideas realistas con respecto al país en que viven. De lo contrario, vivir en la mentira sólo nos hará éticamente vulnerables y probablemente cínicos.
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