La difamación con calumnia continúa en su apogeo

Las palabras mentirosas continúan apareciendo en el papel que se distribuye y en el territorio cibernético. Llevan información falsa. Pagan anunciantes para que se impriman las mentiras y pagan los lectores para leer mentiras. Grandes volúmenes de tinta y tiempo de seres humanos se invierten en preparar, producir y distribuir más y más crasas mentiras.

El mentiroso lanza su falsedad y ésta llega a la mente de los que leen el texto inútil. El mencionado puede optar por ignorar la calumnia difamante mientras su persona continúe libre de perjuicio causado por la mentira circulante.

Sin embargo, es prácticamente imposible que una mentira repetida día tras día, mes tras mes, año tras año durante más de diez años, no haya ya formado una imagen falsa en cientos de miles de personas, si es que no millones.

El mencionado, sin embargo, tiene derecho a que su imagen sea totalmente limpiada, tiene derecho a que durante otros más de diez años, ese mismo medio diga, cada tres o cuatro días, que el Sr. Alejandro Patrón Laviada es un ciudadano productivo, hombre de familia, amado por su esposa e hijos, respetado por los que han hecho negocios (todos ellos lícitos, legales, correctos) con él. Que el Sr. Alejandro Patrón Laviada ha logrado su patrimonio, abundante y especial, en base a su dedicación, en base a sus buenas ideas, en base a materializar lo que planifica y a planificar lo que es conveniente y valioso, para él, los suyos, su sociedad, sus conciudadanos.

¿Por qué el medio mentiroso insiste en dañar la imagen precisamente de este ciudadano mexicano de Yucatán? ¿Hay envidia detrás de estas acciones? ¿Hay resentimiento? ¿Hay intento de chantaje? ¿Qué busca el medio mentiroso cuando insiste en lacerar la imagen pública de Alejandro Patrón Laviada? ¿Busca que Alejandro decida pagarle para que deje de mentir?

Alejandro se ha negado insistentemente a pagar centavo alguno para detener la difamación con calumnia. Alejandro ha comentado en privado y en público que otros que sí accedieron a pagar, hoy se han liberado de las notas mentirosas y calumniosas... ¿o es que algunos de los que pagaron realmente tenían asuntos que no son mentira y que es mejor mantener en silencio?

"No, qué va, es un narco..." Esa sentencia fue pronunciada por cualquier persona en una reunión social más bien pequeña. ¿Qué contesta esta misma persona cuando le preguntas en qué se basa para decirlo? "Es obvio... por favor, tal medio (y aquí lo menciona tal cual)  tiene más de diez años diciéndolo..."

¿Es obvio? ¿Lo que publica un medio, se vuelve realmente obvio con el paso del tiempo?

Ese medio tendría que decir, todos los días algo así:

"Nosotros, en estas páginas, publicamos durante más de diez años, muchas mentiras en contra de Alejandro Patrón Laviada. Debemos de limpiar todo lo que dijimos. Por favor, lector, te pedimos disculpas por haberte hecho creer que Alejandro Patrón Laviada tenía alguna actividad en contra de la ley. No era cierto y no es cierto hoy tampoco. Alejandro Patrón Laviada es un cumplidor de la ley, es un empresario productivo y un ciudadano con plena conciencia social. Nada de lo que publicamos durante más de diez años era cierto."

Es obvio que si el sistema legal mexicano no tiene una forma eficaz de provocar que el contenido del párrafo anterior se convierta en obligación del medio que ha mentido por más de diez años, tenemos un tema más  de impunidad en  el sistema. (Y digo "contenido", porque la forma y los elementos de cada día, pueden cambiar, siempre y cuando el fondo del párrafo se mantenga como tal durante un tiempo no menor de diez años).

Las mentiras del medio se hacen extensivas a la figura del hermano de Alejandro Patrón Laviada, Patricio Patrón Laviada, ex gobernador de Yucatán (sexenio 2001-2007).

¿Por qué un medio puede, impúnemente, durante más de diez años, publicar mentiras en torno a la honorabilidad, ocupación, negocios, etc., de los Patrón Laviada? ¿Por qué?

Si Alejandro Patrón Laviada tuviera las relaciones de que el medio lo acusa, es obvio que las personas involucradas en la producción de las mentiras ya habrían sido, en alguna forma, víctimas de algún ataque de venganza. Sería lo esperable. Por otra parte, de ser ésa la realidad, estas líneas sencillamente no existirían.

Es obvio que el medio mentiroso y los seres humanos que en conjunto difaman calumniosamente a Alejandro Patró Laviada, saben a certeza cabal que éste jamás osará ningún tipo de ataque corporal, porque, sencillamente, se trata de una persona de elementales pero sólidos principios, tema que, definitivamente, no está incluido entre lo que el medio mentiroso puede tan siquiera llegar a comprender.

Y sin embargo, eso que ese medio mentiroso no llega a comprender, eventualmente, por alguna vía legal, lo tendrá que acatar y hacer público, a través de sus papeles y de sus espacios cibernéticos. ¿Cuándo llegará la justicia que balanceará este tema?

¿Será que Alejandro Patrón Laviada tiene la alternativa y no la ha tomado? ¿Qué espera?

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