El engaño generalizado al ciudadano mexicano

Las notas periodísticas contienen noticias. Son seleccionadas profesionalmente por los periodistas y editores que trabajan en los medios. De hecho, todas las notas, lo mismo que las entrevistas, son el resultado de decisiones editoriales en todos los medios: impresos, radio o TV.

¿Qué pasaría si lo que vemos como nota periodística no es sino una nota pagada por alguna entidad que tiene interés en que se le comunique al "público" —usted, yo, todos nosotros— algo en una forma específica?

Eso ya no es información. Eso es una forma de publicidad escondida, probablemente subliminal.

¿Qué opina usted sobre este detallito? ¿Es correcto permitir que este tipo de publicidad exista? ¿Es correcto que usted lea o vea una nota "informativa", o lea o vea una "entrevista" y crea que lo que están diciendo allá es importante por sí mismo, cuando en realidad puede ser que no sea ni verdad ni la forma en que a usted como ciudadano le conviene saberlo?

En Artículo 7 hemos impreso publirreportajes. Son notas concentradas en un negocio. Decimos en esos publirreportajes lo que nos dicen y que podemos corroborar. Y si algo no pudimos corroborar, usted leerá algo como "según nos informa el Sr. Sotano... tal cosa sucede en tal forma..." de tal manera que usted sepa que no se trata de algo corroborado por nuestros reporteros, sino que se trata de algo declarado por el interesado, buscando que se conozca y se use su producto o servicio.

Lo que jamás verá usted es la entrevista a un político o el reportaje a un área de gobierno impreso como resultado de haber pactado con alguna oficina de prensa "oficial" notas informativas obviamente favorables a la imagen de la entidad involucrada. Consideramos por simple ética periodística que eso no debe suceder.

En nuestro número 47, nuestro semanario Artículo 7 reportó en forma especial el hecho de que todo indica que más de $71,000 diarios están siendo transferidos del gobierno del estado de Yucatán al rotativo Por Esto! para imprimir información —no desplegados— que suene bien y favorezca la imagen pública del gobierno yucateco presidido por Ivonne Ortega Pacheco.

¿En dónde están o estaban los legisladores cuando aprobaron alguna ley que permita que tal cosa suceda? Los legisladores del país son los responsables finales de que los ciudadanos no caigamos en trampas informativas. Y hoy todo parece indicar que estamos dentro de una trampa nacional de información pagada, escondida como nota, reportaje, noticia o entrevista.

Lo que lees puede ser que lo haya pagado el político ABC para que se vea él bien, en tanto que hace que se vea mal el político CKL. La realidad ¿cuál es? ¡Quién sabe!

En Yucatán hay varias revistas y periódicos impresos, así como estaciones de radio y TV. Con demasiada frecuencia unos personajes entrevistados se ven bien y otros no tanto. Aparte de las presiones políticas, todos sabemos que existen tratos "debajo de la mesa" con muchos medios, que inclinan la balanza de fobias y afectos que se traslucen en las notas y reportajes.

¿Es casualidad que en TV Azteca y en Televisa aparezcan como noticias nacionales cada respiro o estornudo que da el gobernador de un estado, el mexiquense Enrique Peña?

La inequidad informativa se reproduce de manera igual en los medios locales. ¿De donde fluyen los recursos? ¿Se ha acentuado el fenómeno durante el gobierno de Ivonne Ortega? Muchos periodistas aceptan soto voce que sí. Que el embute ha adquirido proporciones nunca antes vistas en Yucatán.

El asunto del Por Esto! está claro y sin dudas. Sus páginas no tienen $71,000 diarios de anuncios publicados pagados por alguna dependencia del gobierno estatal. Por lo tanto, el dinero que está cobrando es para maquillaje de nota o sentido de nota. Eso ya está claro. Lo catastrófico es que los lectores —no todos tienen la suerte de tener un Artículo 7 en sus manos cada semana— del Por Esto! no saben que lo que están leyendo son notas pagadas, maquilladas, para que se vean bien algunos y mal otros, aunque el sustento para tales imágenes sea completamente falso. Embute institucionalizado y con factura.

Tradicionalmente el Diario de Yucatán ha sido impecable y estamos esperanzados en que así continúe siendo. Si tienen algo que contarnos, también nos lo dirán. Sabemos que no aceptan nada a favor del PAN o del PRI que no sea pagado por el PAN o el PRI y en forma de anuncio. Eso quedó bien claro con el notición de Campeche. Sabemos también que es un medio que tradicionalmente exige que se coloque la leyenda "Inserción pagada" en cualquier nota que sea eso: espacio pagado por alguien para que se imprima. Sería detestable y olería a podrido el descubrir que alguna nota en las páginas o en el tiempo de algún medio que usamos —y en el cual confiamos— para tratar de entender en qué país vivimos, resulte que sale como sale porque el autor ha recibido un regalillo o regalote de quien en esa nota se ve bien, o del enemigo de quien allí mismo se ve mal.

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