La Gran Duda malignamente sembrada en el mexicano

Comenzamos a notar lo que pasaría desde el 1 de diciembre de 2000, cuando Fox tomó posesión. A los 3 años, en las intermedias federales de 2003, ya la labor y la confusión habían hecho "su trabajo" en nuestro país. En Yucatán, las intermedias de 2004 fueron una clara demostración del valor de la información simplemente apegada a lo real. Cuando escribo estas líneas, lo hago con plena seguridad de que los datos almacenados sustentan como pilares bien cimentados mis afirmaciones.

Pero hoy ni siquiera es necesario irnos al pasado reciente para sustentar nuestras visiones y posturas. Allí tenemos al que antes no habló, porque no supo que estaba obligado a hacerlo, hablando hoy como siempre lo debió haber hecho. Le falta mucho por desenterrar; apenas está comenzando.

Por desgracia la magnitud del problema de la desinformación es, hoy, muy difícil de revertir. Los medios permiten, vía Internet, comentarios de los lectores acerca de notas que describen sucesos. Y estos comentarios son los que nos muestran la profundidad del problema en que se encuentra sumergida la sociedad mexicana. ¿Puede haber algo más grave para una sociedad que basar sus decisiones colectivas en base a calumnias y falsedades?

El día cero en julio de 2012 está "a la vuelta". El país bien administrado que hoy somos, capaz de navegar a salvo por las tormentas de las crisis globales, ¿en qué se convertirá una vez que tomen las riendas grupos de mexicanos que aún traen como válida y única aceptable (para ellos) la cultura de la simulación? Ya sabemos lo que sucedió en Yucatán, en donde día a día continúan mostrándonos el resultado de esa forma de "gobernar": la última "sorpresa" fue el hospital pagado y abandonado de Valladolid.

Lo más grave en todo esto es la gran duda sembrada hoy en la mente del mexicano, allá, en ese rincón del cerebro en el que se basará para tomar esa boleta y cruzar el emblema que cree es "menos malo". Pero lo que "cree", ¿concuerda con los datos reales? Su voto, ¿será realmente a favor de México? Frívolamente muchos creen ser "geniales" cuando se les llena la boca diciendo todos son iguales de malos y corruptos.

Sistemáticamente se tergiversó, día a día, la narración de los sucesos. Se minimizó lo que realmente tenía valor, se amplificó lo nimio, superfluo y, a veces, incluso idiota y sin trascendencia, y, finalmente, se calumnió con conocimiento mercenario para opacar la realidad. ¿Viva México? La verdad, no.

Comentarios