Lloriqueo del PRI: falsedad en información de México
Cada vez que algún ciudadano —de cualquier nivel— expresa alguna verdad acerca del pasado del gobierno de México, la gente del PRI de inmediato se lanza al ataque y pretende, en todo momento, convertir cualquier remembranza expresa de la forma en que se gobernó México en la era PRI como un ataque que viola la ley electoral.
Si a un presidente de cualquier país le preguntan su opinión con respecto a por qué las cosas son como son en su país, él tiene la obligación de responder con su verdad personal. Estas verdades personales de Calderón son verdades colectivas, compartidas por una gran cantidad de mexicanos. Sin embargo, él, según el PRI, no puede expresarla, que porque es "el presidente" y gobierna para todos los mexicanos.
No me cabe en la cabeza que un ciudadano mexicano con el encargo que tiene el presidente de la república, tenga que cuidar las palabras que dirá cuando se trate de emitir alguna opinión. ¿Acaso los priistas han dejado de emitir opiniones completamente sesgadas acerca del gobierno federal mexicano? ¡Para nada! Han dicho lo que se les ha pegado la gana.
Cansa, fastidia, molesta, afecta la personalidad de uno, el oír que nada se puede decir en contra del PRI. Todo lo que se dice en contra del PRI se convierte en propaganda electoral. Entonces, un libro de historia en los colegios, ¿se va a tener que escribir de tal manera que los alumnos no puedan conocer los resultados financieros obtenidos durante los gobiernos del PRI?
Es seguro que van a decir que no se podrá mencionar en los libros escolares qué partido político estaba gobernando México cuando cada 6 años el país quedaba en la más absoluta y vergonzosa bancarrota. ¿Hasta dónde se va a llegar con esta actitud del PRI de tratar de esconder a como dé lugar, las verdades que ocurrieron durante el tiempo que ellos fueron los gobernantes? ¡No se puede decir nada! ¡Se encabronan y comienzan a lloriquear!
Durante los tiempos electorales, decir algo negativo en contra del PRI —o sea, sencillamente contar los resultados que se obtuvieron durante el tiempo gobernó México— es hacer guerra sucia. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar esto los ciudadanos comunes y corrientes?
Por ello sugiero que esta forma de gobierno sea modificada en forma radical. Dependemos demasiado de que el que sube al poder no tenga compromisos que le hagan actuar más a favor de esos compromisos que a favor de hacer las cosas que manda la ley para lograr éxito en la gestión.
Efectivamente, los demonios andan sueltos y están, en todo momento, envenenando la mente de la gente cuando se esconde lo positivo que se ha logrado en los gobiernos del PAN desde 2000, no solo a nivel nacional, sino muy en especial a nivel de muchos estados de la república.
Las derrotas que ha tenido el PAN se han debido a 2 factores: 1) la falsedad con que se han tratado los hechos durante el tiempo que son gobierno y 2) la falta total de equilibrio en la comunicación al público de lo que realmente tiene valor en los gobiernos que no quiebran las finanzas de los estados y ciudades que administran.
Al ciudadano medio —el público de los medios masivos— se le dosifica en todo momento información que no concuerda con la realidad de los hechos. Esta falta de concordancia hace que el ciudadano medio se quede, en la hora de la elección —pero sobre todo al contestar encuestas— en la situación de falta de información con valor real para tomar una decisión que esté de acuerdo con lo deseable para sus sociedades.
Si a un presidente de cualquier país le preguntan su opinión con respecto a por qué las cosas son como son en su país, él tiene la obligación de responder con su verdad personal. Estas verdades personales de Calderón son verdades colectivas, compartidas por una gran cantidad de mexicanos. Sin embargo, él, según el PRI, no puede expresarla, que porque es "el presidente" y gobierna para todos los mexicanos.
No me cabe en la cabeza que un ciudadano mexicano con el encargo que tiene el presidente de la república, tenga que cuidar las palabras que dirá cuando se trate de emitir alguna opinión. ¿Acaso los priistas han dejado de emitir opiniones completamente sesgadas acerca del gobierno federal mexicano? ¡Para nada! Han dicho lo que se les ha pegado la gana.
Cansa, fastidia, molesta, afecta la personalidad de uno, el oír que nada se puede decir en contra del PRI. Todo lo que se dice en contra del PRI se convierte en propaganda electoral. Entonces, un libro de historia en los colegios, ¿se va a tener que escribir de tal manera que los alumnos no puedan conocer los resultados financieros obtenidos durante los gobiernos del PRI?
Es seguro que van a decir que no se podrá mencionar en los libros escolares qué partido político estaba gobernando México cuando cada 6 años el país quedaba en la más absoluta y vergonzosa bancarrota. ¿Hasta dónde se va a llegar con esta actitud del PRI de tratar de esconder a como dé lugar, las verdades que ocurrieron durante el tiempo que ellos fueron los gobernantes? ¡No se puede decir nada! ¡Se encabronan y comienzan a lloriquear!
Durante los tiempos electorales, decir algo negativo en contra del PRI —o sea, sencillamente contar los resultados que se obtuvieron durante el tiempo gobernó México— es hacer guerra sucia. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar esto los ciudadanos comunes y corrientes?
Por ello sugiero que esta forma de gobierno sea modificada en forma radical. Dependemos demasiado de que el que sube al poder no tenga compromisos que le hagan actuar más a favor de esos compromisos que a favor de hacer las cosas que manda la ley para lograr éxito en la gestión.
Efectivamente, los demonios andan sueltos y están, en todo momento, envenenando la mente de la gente cuando se esconde lo positivo que se ha logrado en los gobiernos del PAN desde 2000, no solo a nivel nacional, sino muy en especial a nivel de muchos estados de la república.
Las derrotas que ha tenido el PAN se han debido a 2 factores: 1) la falsedad con que se han tratado los hechos durante el tiempo que son gobierno y 2) la falta total de equilibrio en la comunicación al público de lo que realmente tiene valor en los gobiernos que no quiebran las finanzas de los estados y ciudades que administran.
Al ciudadano medio —el público de los medios masivos— se le dosifica en todo momento información que no concuerda con la realidad de los hechos. Esta falta de concordancia hace que el ciudadano medio se quede, en la hora de la elección —pero sobre todo al contestar encuestas— en la situación de falta de información con valor real para tomar una decisión que esté de acuerdo con lo deseable para sus sociedades.
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